A finales de este año 2020 terminará el ensamblaje del avión supersónico X-59 de la NASA, primer avión fabricado en 30 años y con el que la Agencia Aeroespacial demostrará que la carrera de los aviones supersónicos aún no ha terminado.
Una vez aprobada la autorización para hacer el ensamblaje y la integración de los sistemas, la Nasa le dio forma al proyecto X-59 QueSST (Transporte Supersónico Silencioso) y la meta es que culmine la construcción técnica de la nave este año, y en 2021 hacer los vuelos de prueba por algunas ciudades autorizadas de Estados Unidos.
El objetivo del proyecto es que el avión supersónico X-59 pueda volar a una velocidad de 1,42 Mach, es decir, a 1.739 kilómetros por hora; velocidad menor a la que podían volar los aviones Concorde, cuyo último vuelo fue en 2003.
El X-59 será el primer avión supersónico producido por la NASA, mucho más silencioso y comercial que el famoso Concorde.
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Una carrera supersónica
La tecnología aeronáutica de Francia y el Reino Unido demostró su poder al desarrollar el Concorde, un avión supersónico que llegó a utilizarse para vuelos comerciales con una capacidad de 144 pasajeros, más la tripulación. Su atractivo estaba en que podía hacer un viaje de Nueva York a Londres en apenas tres horas y media, a diferencia de las 7 horas y media que se tarda un avión Boeing 747.
La velocidad máxima alcanzaba los 2.179 kilómetros por hora, cifra que estaba cerca de duplicar la velocidad del sonido: 1235,5 km/h. Sin embargo, solo se construyeron 20 aviones Concorde en ambos países, de los cuales seis eran de prueba, mientras que siete se entregaron a Air France y otros siete a la British Airways.
Con el tiempo, lo deslumbrante de lo corto que era el viaje entre estas dos ciudades dejó de serlo, pues le superaban con creces las desventajas del aparato, como el consumo de combustible (cuatro veces más que otros aviones), los elevados costos del mantenimiento, el diseño de la parte delantera en forma de pico que debió cambiarse para mejorar la visibilidad a los pilotos y la pintura blanca que debía ser dos veces más reflectante de lo normal para disminuir las temperaturas altas por la acción del aire a la velocidad supersónica que desarrollaba.
Todas estas dificultades, además de otras más comprometedoras, obligaron a que el Concorde saliera del mercado e hicieron que se eliminarán los vuelos supersónicos comerciales.
Conociendo el supersónico X-59 de la NASA
En diciembre de 2019, la NASA dio a conocer nuevos datos de su avión supersónico X-59, entre los que están la eliminación de la ventana frontal, que estará sustituida por un monitor central para asistir al piloto en visualizar mejor el tráfico, al tiempo que lo ayudará en los despegues, aterrizajes y aproximaciones.
Esta pantalla será receptora de datos que proporcionarán las dos cámaras situadas en la parte externa de la aeronave.
Además, el avión supersónico X-59 tendrá filtros que servirán para disminuir el sonido de los motores; el novedoso diseño también evitará la formación en el aire de las ondas de choque al traspasar la barrera del sonido, produciendo un leve sonido que “apenas será audible para las personas en tierra”.
El diseño de las alas proveerá al aparato de la fuerza que requiere para elevarse a más de 16 kilómetros, y una vez más superar la velocidad del sonido, en esta oportunidad, en 1,4 veces.
El primer vuelo de prueba está planificado para el año 2021 en el centro de investigaciones de vuelo Armstrong, California, donde se demostrará que el prototipo funciona. Cuando se demuestre que el avión supersónico X-59 puede volar de manera segura, se realizarán otras verificaciones en espacios poblados para tener los registros sobre la percepción del sonido de la población.
