Si has soñado desde niño con ver las auroras boreales, la decisión está en tus manos, solo basta con planificar un viaje a cualquier país donde ocurra este fenómeno, ataviarse con la vestimenta recomendada y disfrutar de este espectáculo.
La mejor época para ver auroras boreales es en invierno, entre los meses de octubre y marzo, pues durante ese tiempo, en el norte del planeta, con las noches más largas y el intenso frío se conforma el ambiente apropiado para verlas.
Las auroras boreales han sido siempre uno de los espectáculos más maravillosos de la naturaleza; pues la belleza de los colores que se reflejan en el cielo y las formas que da la acción del viento, hacen lucir el firmamento como si presenciáramos un acto de magia.
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¿Cómo se produce una aurora boreal?
Una aurora boreal es el producto de las partículas cargadas de electrones, protones y núcleos de helio que provienen del sol, se encuentran con el campo magnético que existe en la Tierra y se desvían hacia las regiones polares, allí chocan con las capas más altas de la atmósfera donde se encuentran con las moléculas de oxígeno y nitrógeno y emiten energía que se transforma en luz. Esa luz puede ser de diferente intensidad y extensión de onda, lo que determina el color que percibimos.
Los colores que se pueden ver son verde, rosado, azul, violeta, amarillo y algunas veces blanco y naranja.
Galileo Galilei, astrónomo italiano, quien descubrió las lunas del planeta Júpiter y observó las fases de la luna, fue quien puso el nombre de auroras boreales, en 1619, a ese espectáculo de luz en el cielo, relacionándolas con Aurora, nombre de la diosa griega del amanecer, y con Bóreas, el viento proveniente del Norte.
El Centro de Predicción del Tiempo Espacial de la Administración Oceánica Atmosférica Nacional, NOAA, y el servicio de previsión de auroras de la NASA, monitorean la actividad solar y establecen cuándo es el mejor momento para hacer un viaje y ver las auroras boreales.
Alaska (Estados Unidos) y Canadá
Los pescadores de auroras boreales tienen en Canadá un territorio que mezcla la vida urbana y agitada con espacios inmensos, inexplorados y poco habitados, como los que se ubican en la Columbia Británica, la cordillera de las Cascadas y el Parque Nacional de las Mealy Mountains; así como en la distante Yellowknife, capital de los Territorios del Noroeste; la región del Yukón, frontera con Alaska, Churchill, en la bahía de Hudson, en Manitoba.
En Canadá también están otras regiones alejadas como Nunavut y la isla de Baffin, lejos de la contaminación lumínica y donde se puede ver este espectáculo en la mejor locación.
Estas luces del norte se ven con muy buena resolución en Anchorage y Fairbanks, Alaska, donde aparecen unas 200 veces al año.
Finlandia
En el norte de Finlandia, en Laponia, los seguidores de las auroras boreales tienen un hotel muy particular: las habitaciones son iglús hechos de vidrio térmico desde donde los turistas pueden ver las luces del cielo acostados en la cama. Toda una experiencia cómoda y fascinante.
Groenlandia
La costa este de la isla de Groenlandia, Kangerlussuaq, tiene una particularidad envidiable: la limpieza y lo despejado de sus cielos, lo que lo convierten en el lugar ideal para disfrutar de las auroras boreales.
Islandia
En el norte de esta isla se concentra la mayor cantidad de turistas para ver las luces boreales, donde existen alojamientos rurales, algunos de ellos con personal que te despierta si aparecen las auroras.
Noruega
Las islas Lofoten, Tromso, y ciudades como Alta y Kirkenes, ubicadas al norte de Noruega, son los mejores lugares para apreciar las auroras boreales.
En Alta está el famoso hotel de hielo Sorrisniva Igloo, que cada año abre sus puertas para ofrecer alojamiento a los más osados, a quienes se aventuren a vivir una experiencia única y ser testigos del espectáculo solar.